miércoles, 14 de abril de 2010


INGREDIENTES QUE HAS DE INCORPORAR A TU
VIDA SI DESEAS LOGRAR GRANDES RESULTADOS


Si se analiza con detenimiento cuales son las principales diferencias entre las personas que logran grandes resultados y el resto, es muy sencillo comenzar a detectar determinados elementos, que son los que finalmente suponen toda la diferencia. Si hay una conclusión clara a la que he llegado después de estudiar intensamente las claves que conducen a la excelencia humana esta es sin lugar a dudas, que el éxito siempre deja pistas. El éxito no llega por casualidad. Existen una serie de patrones de acción muy claros, coherentes y lógicos, que una vez desarrollados conducen a la excelencia. Y lo mejor de todo es que están al alcance de todo el mundo. Todos podemos hacer aflorar nuestro increíble potencial, si comenzamos con algo tan sencillo como una decisión poderosa y firme de hacerlo. Sencillamente hay que aprender a poner en marcha a pleno rendimiento nuestra mente y nuestro cuerpo.


Seguro que en más de una ocasión, viendo los resultados de las personas a las que más admira le han asaltado algunas preguntas: ¿Qué tienen de especial todos los grandes líderes que han existido a lo largo de la historia de la humanidad? ¿Qué les ha permitido rendir de manera consistente a lo largo de su vida produciendo resultados espectaculares? ¿Qué les hace perseverar día tras día mientras persiguen sus mayores sueños? ¿De dónde sale esa energía que parece inagotable que les hace alcanzar logros de tanta envergadura? Muchos son los factores que pueden explicarlo. Pero creo que hay una serie de rasgos fundamentales que destacan por encima de todos los demás, y que son la verdadera base de su grandeza.



Estos son los cinco ingredientes básicos que ha de incorporar a su vida si desea conseguir grandes resultados:


Rasgo número uno: ¡Una pasión ilimitada!
La pasión es el combustible de la excelencia humana. Es imposible encontrar cualquier gran logro en la historia de la humanidad que no haya estado acompañado por una pasión ilimitada que impulsara ese proyecto. Todos los grandes triunfadores han sido capaces de descubrir una pasión que les consume, que les brinda el impulso, la energía y el coraje necesario para perseguir sus mayores sueños sin desfallecer a lo largo del camino. Cuando una persona siente pasión por lo que hace, le es posible comenzar a desatar en cada instante todo su máximo potencial. La pasión es lo que mantiene a Bruce Springsteen dándolo todo en cada uno de sus conciertos después de más de 30 años trabajando duramente en el mundo de la música.


La pasión es lo que mantiene a Michael Schumacher luchando en cada una de las carreras en las que participa para ganar, después de haber ganado varios campeonatos del mundo.


La pasión es lo que mantiene a Vicente Ferrer entusiasmado con su proyecto de mejora de las condiciones en la vida de cientos de miles de personas en la India a pesar de los incontables obstáculos. Por pasión uno madruga, se mantiene a pleno rendimiento durante todo el día, y no tiene inconveniente en trabajar y desarrollarse hasta altas horas de la noche. Es imposible alcanzar la grandeza sin pasión por ser y hace algo grande. Independientemente de que sus aspiraciones sean convertirse en un padre o una madre fuera de serie, un campeón olímpico, el creador de un imperio, o un investigador reconocido a nivel mundial, todo comienza con la pasión. Si toma la decisión de incorporar a partir de ahora mismo grandes dosis de pasión a su vida, habrá dado el paso más importante hacia la grandeza.

Comience a apasionarse por todo. Encuentre pasión en el simple hecho de contemplar un pájaro o una flor. Trate a sus hijos y a las personas que más le importan con pasión. No escatime a lo largo del día ninguna ocasión que se le presente para desatar su pasión, y demostrar elocuentemente que está vivo. El futuro siempre pertenece a quienes están dispuestos a enfrentarse con pasión absoluta a la vida.


Rasgo número dos: ¡Un entusiasmo imparable!
«Nada grande se hizo nunca sin entusiasmo.» Ralph Waldo Emerson


Como Ralph Waldo Emerson solía decir: “Nada grande se hizo nunca sin entusiasmo”. Todos hemos escuchado en alguna ocasión el comentario “Hoy me he levantado con el pie izquierdo”. Las personas que lo utilizan quieren significar que el día empezó mal y que está continuando dentro de la misma tónica. El ser humano tiende a mantener la inercia en su vida. Por ello, resulta capital que aprendamos a crear una inercia positiva y que creemos el hábito de iniciar cada uno de nuestros días llenos de entusiasmo por vivir.Muchas personas condicionan su estado de ánimo diario al tiempo que hace, al tráfico que se encuentran de camino al trabajo, a si ganó o perdió su equipo favorito, a si su esposa o esposo les ha gritado y a un sin fin de circunstancias que desde luego escapan de su control. Esa siempre es la salida cómoda del perdedor. Se enfoca en buscar y encontrar excusas por todas partes en lugar de enfocarse en lo único que realmente puede llegar a controlar: su propia actitud. Independientemente de todo lo que suceda a su alrededor sólo usted determina el modo en que se va a sentir interpretando de una u otra manera todo aquello que le sucede. El ganador no permite que sus circunstancias determinen su actitud; sino que se enfoca en mejorar la actitud para acabar modificando las circunstancias. Todos los grandes triunfadores, poseen un entusiasmo ante la vida de tal magnitud que lo contagian irremediablemente a su alrededor. Sienten tanto interés por todo lo que continuamente crean, aprenden y desarrollan, que literalmente es como si estuviesen consumidos por una gran fuerza que les impulsa a tomar acciones poderosas en cada instante.


El entusiasmo es algo completamente invisible e intangible. Y, sin embargo, sus resultados pueden verse a diario. Cuando usted ve a un atleta batir un record, está viendo entusiasmo puesto en acción. Una familia con poco dinero que hace un esfuerzo para que sus hijos obtengan una buena formación, un vendedor que obtiene los máximos resultados, una persona que pide un trabajo y lo consigue, una persona normal que llega a millonario, una pareja que consigue que su matrimonio funcione de maravilla; todas estas personas tiene una característica en común, un gran entusiasmo. Como ve, el entusiasmo es la adrenalina psicológica que hace que su mente, cuerpo y voluntad trabajen para asegurarle la victoria, a pesar de lo duro que esta le resulte, dadas la competencia, las limitaciones económicas y otros muchos inconvenientes.


Todo el mundo nace con entusiasmo. Lo primero que hace un recién nacido es gritar con enorme entusiasmo. Pero pronto, ese espíritu lleno de corazón y honestidad se va desinflando. La gente empieza a manipular el sistema de encendido psicológico del jovencito. Y el niño empieza a oír frases como “No lo hagas”, “Deja de hacer eso”, “No deberías”, “Ya deberías saber”, “eres tonto”, y otro tipo de indicaciones que solo le hacen perder su entusiasmo. Las palabras de ánimo y alabanza suelen ser infrecuentes. Con el paso del tiempo, el chico o la chica encuentran seguridad a base de no proyectar hacia el exterior su propia personalidad. El entusiasmo con el que nacieron es reemplazado por el conformismo. Y dado que el conformismo es simplemente soso y aburrido, falto de entusiasmo y vulgar, la mayor parte de la gente, cuando llega a la edad adulta, ha perdido sus ansias de llevar una vida interesante, positiva y llena de alegría.


La cantidad de entusiasmo que tenemos en potencia todos nosotros es ilimitada. Todos tenemos la posibilidad de hacer uso de la cantidad de entusiasmo que queramos. Si nos entregamos con poca fuerza, el resultado que obtendremos será pequeño. Pero si ponemos mucha energía en lo que hacemos, lograremos grandes éxitos. Uno consigue lo que quiere en proporción directa al entusiasmo que pone en lo que hace. Un gran éxito siempre está acompañado por un gran entusiasmo. Por el contrario, los fracasos siempre están unidos a la falta de entusiasmo.

Sonría y fabricará entusiasmo. La sonrisa es un instrumento de motivación de eficacia asombrosa. Sonreír es una manera maravillosa de vencer los enemigos del éxito, tales como la contrariedad, el enfado, la frustración, el disgusto y el miedo. Utilice la sonrisa en todas sus relaciones con los demás. Su pasaporte para una personalidad magnética se apoya en su nivel de entusiasmo. El entusiasmo son las relaciones personales en tecnicolor. El entusiasmo es un vehículo burbujeante y efervescente de comunicación de si mismo, un medio de demostrar aprecio por la atención de alguien, y una manera de decir gracias. Es cordialidad, amistad y encanto unidos a un programa de trabajo. El entusiasmo es un modo de conseguir la ayuda de los demás de buena gana, es un método de persuasión con las aristas limadas. Es la manera de lograr consentimiento y aprobación sin discusiones ni interrupciones. El entusiasmo es un modo de atraer a la gente de tal manera que inmediatamente se sienta interesada. Es el arte de la seducción pública. Es una manera de traer la atención y de aumentar el interés.


La persona entusiasta nunca compara a las personas. Hace que toda la gente se sienta importante. Demuestra un interés genuino en lo que otros hacen. El entusiasmo tiene un sistema regulador. No importa que las personas sean brillantes o torpes; cuando son presas del entusiasmo responden de la misma manera. Responden porque les gusta estar unidas a algo atractivo. Quieren estar con un triunfador. Quieren una fórmula para vivir y un modelo entusiasta para seguir. Tenga esto siempre presente siempre que quiera crear y liderar un equipo de personas. El entusiasmo inspira confianza. Indica competencia. Establece un tipo de simpatía que no se logra de ninguna otra manera. ¡El entusiasmo es el catalizador del éxito!


Rasgo número tres: ¡Una fe inquebrantable!
En determinadas ocasiones sentimos que nos fallan las fuerzas y que determinados sueños y objetivos comienzan a parecernos imposibles de alcanzar. Son momentos en los que surge algún reto o las cosas no están saliendo como deberían. En esos instantes es muy fácil optar por el camino fácil del abandono ya que aparentemente no queda nada por hacer. Es en ese instante donde el verdadero triunfador hace que aparezca el recurso definitivo para el éxito: la fe. Seguro que ha escuchado infinidad de veces el dicho “La fe mueve montañas”. Tener la sana sensación de que hay algo más grande que nosotros mismos, algo que nos guía en cada instante, produce la paz de espíritu necesaria para emprender grandes proyectos sin caer en los temores. La fe le ayudará a tener certidumbre de que su sueño merece la pena y puede conseguirse. La fe le aportará el aplomo necesario para enfrentarse a los grandes retos y desafíos esperando el mejor desenlace posible. Una fe inquebrantable es el mejor apoyo y sustento en su camino hacia el éxito. Son innumerables las historias de éxito que citan a la fe como los cimientos que permitieron la confianza y la capacidad para desplegar los recursos necesarios para hacer que las cosas sucedan. ¿Necesitó fe Walt Disney para ver en aquel terreno pantanoso y lleno de moscas lo que hoy es Disneyland? ¿Necesitó fe Cristóbal Colón para realizar un viaje que cambiaría el curso de la historia? ¡Por supuesto que si!


Comience a alimentar la fe en usted mismo, en sus posibilidades y en sus sueños. Comience a crear la sensación de estar “guiado” hacia su destino. Necesitará fe para creer en la posibilidad de que sus mayores sueños pueden convertirse en realidad. Puede estar pensando ¿Cómo voy a ser capaz de ganar un millón de pesetas al mes si hoy no tengo ni para pagar el recibo de la luz? ¿Cómo voy a poder crear un estado físico fuera de serie si apenas puedo subir dos tramos de escalera? ¿Cómo voy a poder crear una relación maravillosa si ya no existe apenas comunicación con mi pareja?... La respuesta es sencilla. Ponga todo de su parte y tenga fe. Tenga fe en que siempre existe un camino para hacer que las cosas sucedan cuando uno esta realmente comprometido.


Con esa actitud propia de los verdaderos triunfadores será capaz de encontrar los recursos necesarios para convertir cualquier sueño que tenga en realidad. No lo olvide, ¡la fe mueve montañas!


Rasgo número cuatro: ¡Estándares fuera de serie!
Su nivel de éxito en la vida viene determinado en gran medida por el nivel de expectativas que tenga acerca de usted mismo. Las personas que crean vidas legendarias se marcan el objetivo de rendir de forma constante a un nivel fuera de serie. Demandan más de ellos mismos de lo que nadie pueda esperar. Ese es gran parte del secreto de su grandeza. Son demasiadas las personas que viven su vida desatando únicamente una ínfima parte de su potencial. Comience a reclamar su derecho a ser esa persona que usted sabe que puede llegar a ser. Eleve de inmediato sus estándares y no se conforme con menos de lo que es capaz de conseguir.


Recuerde siempre que cuando se fija como objetivo de rendimiento un nivel simplemente bueno, generalmente los resultados de su desempeño suelen ser mediocres. Esto asombra a muchas personas que no suelen comprender como si han hecho un buen esfuerzo sus resultados pueden ser tan pobres. Hay otras personas que deciden ir más allá y se fijan como objetivo el nivel excelente. Se enfocan en realizar un trabajo excelente y como contrapartida sólo obtienen buenos resultados. De nuevo aparece la paradoja ¿Cómo es posible obtener resultados simplemente buenos si yo he puesto un esfuerzo realmente excelente? Muchas veces después de un esfuerzo de este tipo solemos pensar que esforzarnos no vale la pena porque de todas formas parece que nunca acabamos de alcanzar los resultados que deseamos.


Pero por encima de estos existe otro nivel. Un nivel al que muy pocas personas deciden llegar. Es el nivel de los triunfadores, de los grandes ganadores en el juego de la vida. Es el nivel de fijarse un estándar de rendimiento fuera de serie. Es el nivel en el que se reta a dar lo mejor que hay en usted en todos y cada uno de los instantes de su vida. Y en ese nivel se encuentran todas las recompensas. En ese nivel le están esperando todos y cada uno de sus mayores sueños. Pero usted tiene que conscientemente tomar la decisión de regir su vida únicamente por ese estándar fuera de serie.


El ser humano tiende siempre a buscar el camino de menos resistencia. Tendemos a buscar soluciones rápidas y fáciles aunque generalmente no sean las mejores opciones a tomar. La televisión y la publicidad ya se encargan de vendernos ese mundo donde todo es “light” y cuesta poco esfuerzo. Todos nos solemos mover dentro de lo que se llama nuestra “zona de comodidad”. Es esa zona en la que nos sentimos cómodos y que básicamente esta compuesta por nuestra rutina diaria, aquello que ya conocemos y dominamos. Pero le garantizo que cualquier meta y objetivo que realmente merezca la pena va a quedar fuera de esa zona de comodidad. Hemos de comenzar a comprender que para lograr los resultados que deseamos en la vida en muchas ocasiones tendremos que expandir nuestra zona de comodidad.


Hemos de empezar a ser capaces de hacer cómodo lo que en muchas ocasiones resulta incómodo. Los verdaderos triunfadores son personas que en un momento determinado han estado dispuestas a hacer cosas que la mayoría no están dispuestas a hacer. Son personas que siempre están dispuestas a recorrer ese kilómetro extra que casi siempre es necesario para triunfar. Únase a este grupo de personas. Comience a buscar formas de dar continuamente más de lo que se espera de usted. Demándese sobresalir de la media. Elimine las excusas de su vocabulario y en lugar de ponerse excusas comience a afirmar con rotundidad “Siempre hay un camino si estoy realmente comprometido”. ¿Cuál es ese kilómetro extra que necesita recorrer para avanzar de forma significativa hacia sus sueños? ¿Qué más podría hacer que no esté haciendo actualmente que supondría un importante avance en su vida? ¿Cómo puede añadir más valor a su empresa o a su puesto de trabajo? Haga una lista de cuales son sus “kilómetros extras” y enfóquese en recorrerlos a partir de hoy.


Cuando uno comienza a recorrer esos kilómetros extras, la autoestima personal empieza a crecer. Cada vez se sentirá capaz de conseguir más cosas ya que se encontrará con frecuencia poniendo un esfuerzo extra que la mayoría no está dispuesto a poner. En esos momentos le aseguro que comenzarán a aparecer personas a su alrededor que le dirán que se relaje, que baje el ritmo. No les escuche porque ese tipo de personas son los mediocres que quieren que usted se quede a su mismo nivel de incompetencia. De todo lo que hay en usted porque eso es lo que realmente acelerará su marcha hacia el éxito y no la búsqueda de la salida más cómoda. Unase al grupo de los ganadores.


Rasgo número cinco: ¡La integridad!
Somos congruentes cuando pensamos, decimos y hacemos lo mismo. Cuando existe sintonía entre nuestro lenguaje verbal y no verbal. Muchas personas dicen una cosa, piensan otra y acaban haciendo otra distinta. La incongruencia lleva a estados emocionales negativos como la depresión, las malas relaciones y la apatía. La falta de congruencia malgasta su energía. Sin embargo la congruencia es poder. Las personas congruentes inspiran confianza. Son personas en las que nos gusta confiar porque transmiten confianza, veracidad y compromiso. Son personas que gozan de estados emocionales plenos y positivos porque saben que están actuando de la manera correcta; de acuerdo a su conciencia.


La incongruencia es lo que destruye los sueños de las personas. Cuando una persona no es congruente su poder personal desaparece. Son personas que saben que deberían estar haciendo las cosas de otra manera pero continúan haciendo las cosas del mismo modo. Como ejemplo típico tenemos el de la persona que sabe que determinados alimentos que está tomando están minando su salud, pero se mantiene aferrado a ellos. O la persona que sabe que el tabaco le acerca cada día un poco más a su muerte y a pesar de ello continúa fumando. O la persona que te dice que te aprecia, pero con su tono, sus expresiones faciales y su mirada te está diciendo algo muy diferente. La incongruencia suele venir de la mano de la comodidad. Todos sabemos que deberíamos estar tomando determinadas acciones o produciendo determinados cambios; pero a pesar de pensarlo jamás nos ponemos en marcha para tomar las acciones necesarias porque nos resulta más cómodo quedarnos como estamos que dar los pasos necesarios y simplemente hacerlo.


Comience a actuar a partir de este mismo instante con congruencia absoluta. Actúe como sabe en su interior que debe hacerlo para alcanzar los resultados que desea de la vida. Haga que entren en sintonía su pensamiento, sus actos y sus palabras. Uno se libera de muchas tensiones cuando comienza a ser congruente. En ese mismo instante se deja de librar una batalla en su interior y esa energía que antes se desperdiciaba en esa lucha, se puede dedicar ahora a construir una vida exitosa y un carácter de ganador. Ahora mismo es el mejor momento para comenzar a ser congruente de verdad. Es cuestión de una simple decisión por su parte. Tome de una vez por todas esa decisión y haga de la congruencia parte de su identidad.