miércoles, 12 de mayo de 2010

LA POSTMODERNIDAD y NUESTRA JUVENTUD

Antonio García Trevijano argumenta su crítica a la transformación del pensamiento postmoderno en ideología durante la mal-llamada transición a la democracia.

Encuesta realizada en España
*41% de los jóvenes entre 14 y 24 años se manifestaban de acuerdo con la frase: "vale lo que me agrada. No vale lo que no me agrada."
*27% contestó que el principio ético más importante es: hacer lo que quieras.
*89% considera correctas las relaciones sexuales sin estar casados.
*62% considera correctas las relaciones homosexuales.

ALGUNAS CARACTERÍSTICAS DE LOS ADOLESCENTES
Y JÓVENES POSTMODERNOS

1. El número de jóvenes que crecen en familias disfuncionales aumenta de forma constante.
2. Son hijos de una generación que se ha esforzado por darles un mayor confort y prosperidad económica.
3. Se dan cuenta que las generaciones previas fallaron en sus intentos por cambiar el mundo, por tanto, ellos han desistido de ese empeño y tratan de sacarle el mayor provecho posible a la situación actual.
4. La “era de la literatura” como principal medio para transmitir verdades y principios es para ellos algo del pasado.
5. No procesan la información en la misma forma que las generaciones anteriores. No olvidemos que son hijos de la sociedad de la comunicación.
6. Para ellos la verdad es algo más experimental que proposicional.
7. Su capacidad para escuchar y seguir sermones y charlas es muy limitada. Su capacidad de atención es muy corta.
8. Son hijos de la era electrónica.
9. Están mucho más estimulados que cualquier generación previa:
- Tienen acceso a mucha más información.
- Mucho más acceso a diferentes opciones y estilos de vida.
- Están sobre estimulados, especialmente por los medios de comunicación
- Son, sin embargo: Menos sabios aunque más informados y Más desorientados aunque con más opciones.
10. Consideran como simple ruido y se desconectan de todo aquello que perciben como irrelevante.
11. No hay grandes esperanzas de que el futuro vaya a ser mejor para ellos. No creen en el mito del progreso constante.
12. Tienen muy poca autoestima.
13. En muchos casos sus vidas están tremendamente organizadas debido a las necesidades de padres que trabajan.
14. Viven para el presente. Mañana es un futuro lejano para ellos. La falta de claras perspectivas de futuro ayuda en este sentido.
15. Buscan el placer y la gratificación. Muchas de sus decisiones son tomadas en base a estos parámetros.
16. La edad de iniciación al consumo de tabaco, alcohol, drogas e incluso las relaciones sexuales desciende constantemente.
17. Les molestan las reglas y las estructuras.
18. La rigidez de los géneros es menos específica para ellos (los muchachos llevan pendientes y colas de caballo y las chicas visten como chicos y hacen cosas hasta ahora consideradas “masculinas”)
19. La diversión y el entretenimiento pueden llegar hasta extremos obsesivos.
20. Los compromisos con relación a la fe se toman en edades más tardías.
21. Están expuestos a muchos estilos de vida diferentes, no sólo a través de los medios de comunicación, sino también por medio de sus compañeros.
22. La fe es aceptable más por medio de relaciones interpersonales que por las estructuras tradicionales.
23. La dificultad para orientarse y tomar decisiones morales es creciente.
24. A pesar de todos los mitos, la familia, cuando esta ejerce como tal sigue siendo la principal influencia en sus vidas.
25. Desconfían de los adultos pero al mismo tiempo buscan relaciones significativas con ellos.
26. Los jóvenes se fragmentan en grupos cada vez más definidos.
27. Los amigos continúan siendo una de las cosas más importantes.
28. Carecen de héroes, tan sólo tienen ídolos.
29. Su cosmovisión puede ser muy ecléctica, sosteniendo en ocasiones valores opuestos y contradictorios.
30. Son tolerantes con estilos de vida diferentes a los suyos.
31. La verdad es para ellos algo experimental, necesitan ver para creer
32. No entienden cómo aplicar el cristianismo a su vida cotidiana.
33. Forman parte de una cultura global.
34. Desconocen los básicos de la fe y no saben cómo argumentarla
35. Su fe, cuando la tienen, es más intelectual que vivencial.

II. EVALUACIÓN PROPIA
1. ¿En qué medida estas características están presentes en mi vida? ¿Cómo evalúo de 1 a 10 la influencia que esta tendencia de pensamiento tiene sobre mi carácter actual y por qué?






2. ¿QUÉ PUEDO HACER PARA CAMBIAR O MEJORAR MI ESTILO DE VIDA y ESTILO BÁSICO DE COMPORTAMIENTO – PARA CONSTRUIR MI CARÁCTER?
¿Qué acciones específicas puedo poner en práctica para obtener beneficios a corto, mediano y largo plazo?

VIDEO DE TESTIMONIO EXTRAORDINARIO AQUÍ:
TESTIMONIO IMPERDIBLE!!! Ex guitarrista de Korn
http://www.youtube.com/watch?v=3cpSCKra9VA&feature=related

miércoles, 14 de abril de 2010


INGREDIENTES QUE HAS DE INCORPORAR A TU
VIDA SI DESEAS LOGRAR GRANDES RESULTADOS


Si se analiza con detenimiento cuales son las principales diferencias entre las personas que logran grandes resultados y el resto, es muy sencillo comenzar a detectar determinados elementos, que son los que finalmente suponen toda la diferencia. Si hay una conclusión clara a la que he llegado después de estudiar intensamente las claves que conducen a la excelencia humana esta es sin lugar a dudas, que el éxito siempre deja pistas. El éxito no llega por casualidad. Existen una serie de patrones de acción muy claros, coherentes y lógicos, que una vez desarrollados conducen a la excelencia. Y lo mejor de todo es que están al alcance de todo el mundo. Todos podemos hacer aflorar nuestro increíble potencial, si comenzamos con algo tan sencillo como una decisión poderosa y firme de hacerlo. Sencillamente hay que aprender a poner en marcha a pleno rendimiento nuestra mente y nuestro cuerpo.


Seguro que en más de una ocasión, viendo los resultados de las personas a las que más admira le han asaltado algunas preguntas: ¿Qué tienen de especial todos los grandes líderes que han existido a lo largo de la historia de la humanidad? ¿Qué les ha permitido rendir de manera consistente a lo largo de su vida produciendo resultados espectaculares? ¿Qué les hace perseverar día tras día mientras persiguen sus mayores sueños? ¿De dónde sale esa energía que parece inagotable que les hace alcanzar logros de tanta envergadura? Muchos son los factores que pueden explicarlo. Pero creo que hay una serie de rasgos fundamentales que destacan por encima de todos los demás, y que son la verdadera base de su grandeza.



Estos son los cinco ingredientes básicos que ha de incorporar a su vida si desea conseguir grandes resultados:


Rasgo número uno: ¡Una pasión ilimitada!
La pasión es el combustible de la excelencia humana. Es imposible encontrar cualquier gran logro en la historia de la humanidad que no haya estado acompañado por una pasión ilimitada que impulsara ese proyecto. Todos los grandes triunfadores han sido capaces de descubrir una pasión que les consume, que les brinda el impulso, la energía y el coraje necesario para perseguir sus mayores sueños sin desfallecer a lo largo del camino. Cuando una persona siente pasión por lo que hace, le es posible comenzar a desatar en cada instante todo su máximo potencial. La pasión es lo que mantiene a Bruce Springsteen dándolo todo en cada uno de sus conciertos después de más de 30 años trabajando duramente en el mundo de la música.


La pasión es lo que mantiene a Michael Schumacher luchando en cada una de las carreras en las que participa para ganar, después de haber ganado varios campeonatos del mundo.


La pasión es lo que mantiene a Vicente Ferrer entusiasmado con su proyecto de mejora de las condiciones en la vida de cientos de miles de personas en la India a pesar de los incontables obstáculos. Por pasión uno madruga, se mantiene a pleno rendimiento durante todo el día, y no tiene inconveniente en trabajar y desarrollarse hasta altas horas de la noche. Es imposible alcanzar la grandeza sin pasión por ser y hace algo grande. Independientemente de que sus aspiraciones sean convertirse en un padre o una madre fuera de serie, un campeón olímpico, el creador de un imperio, o un investigador reconocido a nivel mundial, todo comienza con la pasión. Si toma la decisión de incorporar a partir de ahora mismo grandes dosis de pasión a su vida, habrá dado el paso más importante hacia la grandeza.

Comience a apasionarse por todo. Encuentre pasión en el simple hecho de contemplar un pájaro o una flor. Trate a sus hijos y a las personas que más le importan con pasión. No escatime a lo largo del día ninguna ocasión que se le presente para desatar su pasión, y demostrar elocuentemente que está vivo. El futuro siempre pertenece a quienes están dispuestos a enfrentarse con pasión absoluta a la vida.


Rasgo número dos: ¡Un entusiasmo imparable!
«Nada grande se hizo nunca sin entusiasmo.» Ralph Waldo Emerson


Como Ralph Waldo Emerson solía decir: “Nada grande se hizo nunca sin entusiasmo”. Todos hemos escuchado en alguna ocasión el comentario “Hoy me he levantado con el pie izquierdo”. Las personas que lo utilizan quieren significar que el día empezó mal y que está continuando dentro de la misma tónica. El ser humano tiende a mantener la inercia en su vida. Por ello, resulta capital que aprendamos a crear una inercia positiva y que creemos el hábito de iniciar cada uno de nuestros días llenos de entusiasmo por vivir.Muchas personas condicionan su estado de ánimo diario al tiempo que hace, al tráfico que se encuentran de camino al trabajo, a si ganó o perdió su equipo favorito, a si su esposa o esposo les ha gritado y a un sin fin de circunstancias que desde luego escapan de su control. Esa siempre es la salida cómoda del perdedor. Se enfoca en buscar y encontrar excusas por todas partes en lugar de enfocarse en lo único que realmente puede llegar a controlar: su propia actitud. Independientemente de todo lo que suceda a su alrededor sólo usted determina el modo en que se va a sentir interpretando de una u otra manera todo aquello que le sucede. El ganador no permite que sus circunstancias determinen su actitud; sino que se enfoca en mejorar la actitud para acabar modificando las circunstancias. Todos los grandes triunfadores, poseen un entusiasmo ante la vida de tal magnitud que lo contagian irremediablemente a su alrededor. Sienten tanto interés por todo lo que continuamente crean, aprenden y desarrollan, que literalmente es como si estuviesen consumidos por una gran fuerza que les impulsa a tomar acciones poderosas en cada instante.


El entusiasmo es algo completamente invisible e intangible. Y, sin embargo, sus resultados pueden verse a diario. Cuando usted ve a un atleta batir un record, está viendo entusiasmo puesto en acción. Una familia con poco dinero que hace un esfuerzo para que sus hijos obtengan una buena formación, un vendedor que obtiene los máximos resultados, una persona que pide un trabajo y lo consigue, una persona normal que llega a millonario, una pareja que consigue que su matrimonio funcione de maravilla; todas estas personas tiene una característica en común, un gran entusiasmo. Como ve, el entusiasmo es la adrenalina psicológica que hace que su mente, cuerpo y voluntad trabajen para asegurarle la victoria, a pesar de lo duro que esta le resulte, dadas la competencia, las limitaciones económicas y otros muchos inconvenientes.


Todo el mundo nace con entusiasmo. Lo primero que hace un recién nacido es gritar con enorme entusiasmo. Pero pronto, ese espíritu lleno de corazón y honestidad se va desinflando. La gente empieza a manipular el sistema de encendido psicológico del jovencito. Y el niño empieza a oír frases como “No lo hagas”, “Deja de hacer eso”, “No deberías”, “Ya deberías saber”, “eres tonto”, y otro tipo de indicaciones que solo le hacen perder su entusiasmo. Las palabras de ánimo y alabanza suelen ser infrecuentes. Con el paso del tiempo, el chico o la chica encuentran seguridad a base de no proyectar hacia el exterior su propia personalidad. El entusiasmo con el que nacieron es reemplazado por el conformismo. Y dado que el conformismo es simplemente soso y aburrido, falto de entusiasmo y vulgar, la mayor parte de la gente, cuando llega a la edad adulta, ha perdido sus ansias de llevar una vida interesante, positiva y llena de alegría.


La cantidad de entusiasmo que tenemos en potencia todos nosotros es ilimitada. Todos tenemos la posibilidad de hacer uso de la cantidad de entusiasmo que queramos. Si nos entregamos con poca fuerza, el resultado que obtendremos será pequeño. Pero si ponemos mucha energía en lo que hacemos, lograremos grandes éxitos. Uno consigue lo que quiere en proporción directa al entusiasmo que pone en lo que hace. Un gran éxito siempre está acompañado por un gran entusiasmo. Por el contrario, los fracasos siempre están unidos a la falta de entusiasmo.

Sonría y fabricará entusiasmo. La sonrisa es un instrumento de motivación de eficacia asombrosa. Sonreír es una manera maravillosa de vencer los enemigos del éxito, tales como la contrariedad, el enfado, la frustración, el disgusto y el miedo. Utilice la sonrisa en todas sus relaciones con los demás. Su pasaporte para una personalidad magnética se apoya en su nivel de entusiasmo. El entusiasmo son las relaciones personales en tecnicolor. El entusiasmo es un vehículo burbujeante y efervescente de comunicación de si mismo, un medio de demostrar aprecio por la atención de alguien, y una manera de decir gracias. Es cordialidad, amistad y encanto unidos a un programa de trabajo. El entusiasmo es un modo de conseguir la ayuda de los demás de buena gana, es un método de persuasión con las aristas limadas. Es la manera de lograr consentimiento y aprobación sin discusiones ni interrupciones. El entusiasmo es un modo de atraer a la gente de tal manera que inmediatamente se sienta interesada. Es el arte de la seducción pública. Es una manera de traer la atención y de aumentar el interés.


La persona entusiasta nunca compara a las personas. Hace que toda la gente se sienta importante. Demuestra un interés genuino en lo que otros hacen. El entusiasmo tiene un sistema regulador. No importa que las personas sean brillantes o torpes; cuando son presas del entusiasmo responden de la misma manera. Responden porque les gusta estar unidas a algo atractivo. Quieren estar con un triunfador. Quieren una fórmula para vivir y un modelo entusiasta para seguir. Tenga esto siempre presente siempre que quiera crear y liderar un equipo de personas. El entusiasmo inspira confianza. Indica competencia. Establece un tipo de simpatía que no se logra de ninguna otra manera. ¡El entusiasmo es el catalizador del éxito!


Rasgo número tres: ¡Una fe inquebrantable!
En determinadas ocasiones sentimos que nos fallan las fuerzas y que determinados sueños y objetivos comienzan a parecernos imposibles de alcanzar. Son momentos en los que surge algún reto o las cosas no están saliendo como deberían. En esos instantes es muy fácil optar por el camino fácil del abandono ya que aparentemente no queda nada por hacer. Es en ese instante donde el verdadero triunfador hace que aparezca el recurso definitivo para el éxito: la fe. Seguro que ha escuchado infinidad de veces el dicho “La fe mueve montañas”. Tener la sana sensación de que hay algo más grande que nosotros mismos, algo que nos guía en cada instante, produce la paz de espíritu necesaria para emprender grandes proyectos sin caer en los temores. La fe le ayudará a tener certidumbre de que su sueño merece la pena y puede conseguirse. La fe le aportará el aplomo necesario para enfrentarse a los grandes retos y desafíos esperando el mejor desenlace posible. Una fe inquebrantable es el mejor apoyo y sustento en su camino hacia el éxito. Son innumerables las historias de éxito que citan a la fe como los cimientos que permitieron la confianza y la capacidad para desplegar los recursos necesarios para hacer que las cosas sucedan. ¿Necesitó fe Walt Disney para ver en aquel terreno pantanoso y lleno de moscas lo que hoy es Disneyland? ¿Necesitó fe Cristóbal Colón para realizar un viaje que cambiaría el curso de la historia? ¡Por supuesto que si!


Comience a alimentar la fe en usted mismo, en sus posibilidades y en sus sueños. Comience a crear la sensación de estar “guiado” hacia su destino. Necesitará fe para creer en la posibilidad de que sus mayores sueños pueden convertirse en realidad. Puede estar pensando ¿Cómo voy a ser capaz de ganar un millón de pesetas al mes si hoy no tengo ni para pagar el recibo de la luz? ¿Cómo voy a poder crear un estado físico fuera de serie si apenas puedo subir dos tramos de escalera? ¿Cómo voy a poder crear una relación maravillosa si ya no existe apenas comunicación con mi pareja?... La respuesta es sencilla. Ponga todo de su parte y tenga fe. Tenga fe en que siempre existe un camino para hacer que las cosas sucedan cuando uno esta realmente comprometido.


Con esa actitud propia de los verdaderos triunfadores será capaz de encontrar los recursos necesarios para convertir cualquier sueño que tenga en realidad. No lo olvide, ¡la fe mueve montañas!


Rasgo número cuatro: ¡Estándares fuera de serie!
Su nivel de éxito en la vida viene determinado en gran medida por el nivel de expectativas que tenga acerca de usted mismo. Las personas que crean vidas legendarias se marcan el objetivo de rendir de forma constante a un nivel fuera de serie. Demandan más de ellos mismos de lo que nadie pueda esperar. Ese es gran parte del secreto de su grandeza. Son demasiadas las personas que viven su vida desatando únicamente una ínfima parte de su potencial. Comience a reclamar su derecho a ser esa persona que usted sabe que puede llegar a ser. Eleve de inmediato sus estándares y no se conforme con menos de lo que es capaz de conseguir.


Recuerde siempre que cuando se fija como objetivo de rendimiento un nivel simplemente bueno, generalmente los resultados de su desempeño suelen ser mediocres. Esto asombra a muchas personas que no suelen comprender como si han hecho un buen esfuerzo sus resultados pueden ser tan pobres. Hay otras personas que deciden ir más allá y se fijan como objetivo el nivel excelente. Se enfocan en realizar un trabajo excelente y como contrapartida sólo obtienen buenos resultados. De nuevo aparece la paradoja ¿Cómo es posible obtener resultados simplemente buenos si yo he puesto un esfuerzo realmente excelente? Muchas veces después de un esfuerzo de este tipo solemos pensar que esforzarnos no vale la pena porque de todas formas parece que nunca acabamos de alcanzar los resultados que deseamos.


Pero por encima de estos existe otro nivel. Un nivel al que muy pocas personas deciden llegar. Es el nivel de los triunfadores, de los grandes ganadores en el juego de la vida. Es el nivel de fijarse un estándar de rendimiento fuera de serie. Es el nivel en el que se reta a dar lo mejor que hay en usted en todos y cada uno de los instantes de su vida. Y en ese nivel se encuentran todas las recompensas. En ese nivel le están esperando todos y cada uno de sus mayores sueños. Pero usted tiene que conscientemente tomar la decisión de regir su vida únicamente por ese estándar fuera de serie.


El ser humano tiende siempre a buscar el camino de menos resistencia. Tendemos a buscar soluciones rápidas y fáciles aunque generalmente no sean las mejores opciones a tomar. La televisión y la publicidad ya se encargan de vendernos ese mundo donde todo es “light” y cuesta poco esfuerzo. Todos nos solemos mover dentro de lo que se llama nuestra “zona de comodidad”. Es esa zona en la que nos sentimos cómodos y que básicamente esta compuesta por nuestra rutina diaria, aquello que ya conocemos y dominamos. Pero le garantizo que cualquier meta y objetivo que realmente merezca la pena va a quedar fuera de esa zona de comodidad. Hemos de comenzar a comprender que para lograr los resultados que deseamos en la vida en muchas ocasiones tendremos que expandir nuestra zona de comodidad.


Hemos de empezar a ser capaces de hacer cómodo lo que en muchas ocasiones resulta incómodo. Los verdaderos triunfadores son personas que en un momento determinado han estado dispuestas a hacer cosas que la mayoría no están dispuestas a hacer. Son personas que siempre están dispuestas a recorrer ese kilómetro extra que casi siempre es necesario para triunfar. Únase a este grupo de personas. Comience a buscar formas de dar continuamente más de lo que se espera de usted. Demándese sobresalir de la media. Elimine las excusas de su vocabulario y en lugar de ponerse excusas comience a afirmar con rotundidad “Siempre hay un camino si estoy realmente comprometido”. ¿Cuál es ese kilómetro extra que necesita recorrer para avanzar de forma significativa hacia sus sueños? ¿Qué más podría hacer que no esté haciendo actualmente que supondría un importante avance en su vida? ¿Cómo puede añadir más valor a su empresa o a su puesto de trabajo? Haga una lista de cuales son sus “kilómetros extras” y enfóquese en recorrerlos a partir de hoy.


Cuando uno comienza a recorrer esos kilómetros extras, la autoestima personal empieza a crecer. Cada vez se sentirá capaz de conseguir más cosas ya que se encontrará con frecuencia poniendo un esfuerzo extra que la mayoría no está dispuesto a poner. En esos momentos le aseguro que comenzarán a aparecer personas a su alrededor que le dirán que se relaje, que baje el ritmo. No les escuche porque ese tipo de personas son los mediocres que quieren que usted se quede a su mismo nivel de incompetencia. De todo lo que hay en usted porque eso es lo que realmente acelerará su marcha hacia el éxito y no la búsqueda de la salida más cómoda. Unase al grupo de los ganadores.


Rasgo número cinco: ¡La integridad!
Somos congruentes cuando pensamos, decimos y hacemos lo mismo. Cuando existe sintonía entre nuestro lenguaje verbal y no verbal. Muchas personas dicen una cosa, piensan otra y acaban haciendo otra distinta. La incongruencia lleva a estados emocionales negativos como la depresión, las malas relaciones y la apatía. La falta de congruencia malgasta su energía. Sin embargo la congruencia es poder. Las personas congruentes inspiran confianza. Son personas en las que nos gusta confiar porque transmiten confianza, veracidad y compromiso. Son personas que gozan de estados emocionales plenos y positivos porque saben que están actuando de la manera correcta; de acuerdo a su conciencia.


La incongruencia es lo que destruye los sueños de las personas. Cuando una persona no es congruente su poder personal desaparece. Son personas que saben que deberían estar haciendo las cosas de otra manera pero continúan haciendo las cosas del mismo modo. Como ejemplo típico tenemos el de la persona que sabe que determinados alimentos que está tomando están minando su salud, pero se mantiene aferrado a ellos. O la persona que sabe que el tabaco le acerca cada día un poco más a su muerte y a pesar de ello continúa fumando. O la persona que te dice que te aprecia, pero con su tono, sus expresiones faciales y su mirada te está diciendo algo muy diferente. La incongruencia suele venir de la mano de la comodidad. Todos sabemos que deberíamos estar tomando determinadas acciones o produciendo determinados cambios; pero a pesar de pensarlo jamás nos ponemos en marcha para tomar las acciones necesarias porque nos resulta más cómodo quedarnos como estamos que dar los pasos necesarios y simplemente hacerlo.


Comience a actuar a partir de este mismo instante con congruencia absoluta. Actúe como sabe en su interior que debe hacerlo para alcanzar los resultados que desea de la vida. Haga que entren en sintonía su pensamiento, sus actos y sus palabras. Uno se libera de muchas tensiones cuando comienza a ser congruente. En ese mismo instante se deja de librar una batalla en su interior y esa energía que antes se desperdiciaba en esa lucha, se puede dedicar ahora a construir una vida exitosa y un carácter de ganador. Ahora mismo es el mejor momento para comenzar a ser congruente de verdad. Es cuestión de una simple decisión por su parte. Tome de una vez por todas esa decisión y haga de la congruencia parte de su identidad.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Padre, Papá o Bebé - Por: DANIEL SAMPER


Hasta hace cosa de un siglo, los hijos acataban el cuarto mandamiento como si no fuera dictamen de Dios sino reglamento de la Federación de Fútbol. Imperaban normas estrictas de educación: nadie se sentaba a la mesa antes que el padre; nadie hablaba sin permiso del padre; nadie se levantaba si el padre no se había levantado; nadie repetía almuerzo, porque el padre solía dar buena cuenta de las bandejas: por algo era el padre...

La madre ha constituido siempre el eje sentimental de la casa, pero el padre era la autoridad suprema. Cuando el padre miraba fijamente a la hija, esta abandonaba al novio, volvía a vestir falda larga y se metía de monja. A una orden suya, los hijos varones cortaban leña, alzaban bultos o se hacían matar en la guerra.

- Padre: ¿quiere usted que cargue las piedras en el carro y le dé de beber al buey?

¡Qué verraquera era el padre!

Todo empezó a cambiar hace unas siete décadas, cuando el padre dejó de ser el padre y se convirtió en el papá. El mero sustantivo era una derrota. Padre es palabra sólida, rocosa; papá es apelativo para oso de felpa o perro faldero. Demasiada confiancita. Además -segunda derrota- "papá" es una invitación al infame tuteo. Con el uso de papá" el hijo se sintió autorizado para protestar, cosa que nunca había ocurrido cuando el padre era el padre:

- ¡Pero, papá, me parece el colmo que no me prestes el carro...!

A diferencia del padre, el papá era tolerante. Permitía al hijo que fumara en su presencia, en vez de arrancarle de una bofetada el cigarrillo y media jeta, como hacía el padre en circunstancias parecidas. Los hijos empezaron a llevar amigos a casa y a organizar bailoteos y bebetas, mientras papá y mamá se desvelaban y comentaban:

- Bueno, tranquiliza saber que están tomándose unos traguitos en casa y no en quién-sabe-dónde.

El papá marcó un acercamiento generacional muy importante, algo que el padre desaconsejaba por completo. Los hijos empezaron a comer en la sala mirando el televisor, mientras papá y mamá lo hacían solos en la mesa. Y a coger el teléfono sin permiso, y a sustraer billetes de la cartera de papá, y a usar sus mejores camisas. La hija, a salir con pretendientes sin chaperón y a exigirle al papá que no hiciera mala cara al insoportable novio y en vez de "señor González", como habría hecho el padre, lo llamara "Tato".

Papá seguía siendo la autoridad de la casa, pero bastante maltrecha.
Nada comparable a la figura procera del padre. Era, en fin, un tipo querido, de lavar y planchar, a quien acudir en busca de consejo o plata prestada.

Y entonces vino papi.

Papi es invento reciente, de los últimos 20 o 30 años. Descendiente menguado y raquítico de padre y de papá, ya ni siquiera se le consulta o se le solicita, sino que se le notifica.

- Papi, me llevo el carro, dame para gasolina...

A papi lo sacan de todo. Le ordenan que se vaya a cine con mami cuando los niños tienen fiesta y que entren en silencio por la puerta de atrás. Tiene prohibido preguntar a la nena quién es ese tipo despeinado que desayuna descalzo en la cocina. A papi le quitan todo: la tarjeta de crédito, la ropa, el turno para ducharse, la rasuradora eléctrica, el computador, las llaves...

Lo tutean, pero siempre en plan de regaño:

- Tú sí eres la embarrada, ¿no papi?

- ¡Papi, no me vuelvas a llamar "chiquita" delante de Jonathan

Aquel respeto que inspiraba padre, con papá se transformó en confiancita y se ha vuelto franco abuso con papi:

- Oye, papi, me estás dejando acabar el whisky, pendejo...

No sé qué seguirá de papi hacia abajo. Supongo que la esclavitud o el destierro. Yo estoy aterrado porque, después de haber sido nieto de padre, hijo de papá y papi de hijos, mis nietas han empezado a llamarme "bebé"


MI REFLEXIÓN:

Esto causa mucha risa leerlo pero como nos hace recordar cada consejo y advertencia de las Sagradas Escrituras acerca de HONRAR A LOS PADRES...Con razón es tan complejo conseguir que nuestros jóvenes honren AL PADRE CELESTIAL.


- Deuteronomio 5:16 Honra a tu padre y a tu madre, como Jehová tu Dios te ha mandado, para que sean prolongados tus días, y para que te vaya bien sobre la tierra que Jehová tu Dios te da.


- Marcos 13:12 Y el hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y se levantarán los hijos contra los padres, y los matarán.


- Romamos 1:30 murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres,...


- Efesios 6:1 Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo.- Colosenses 3:20 Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor.


- 2Timoteo 3:2 Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos,...


- Hebreos 12:9 Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos?...


- Mateo 15:4 Porque Dios mandó diciendo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente.


- Mateo 15:5-6 "Pero ustedes dicen que uno no desobedece a Dios si le dice a sus padres: "No puedo ayudarlos, porque prometí darle a Dios todo lo que tengo, incluyendo mi dinero"."Ustedes no hacen caso de los mandamientos de Dios, con tal de seguir sus propias costumbres.

martes, 16 de febrero de 2010

CÓMO SER PERSONAS IMPOSIBLES DE OFENDER

EL PROFE

Era un profesor comprometido y estricto, conocido también por sus alumnos como un hombre justo y comprensivo.

Al terminar la clase, ese día de verano, mientras el maestro organizaba unos documentos encima de su escritorio, se le acercó uno de sus alumnos y en forma desafiante le dijo:

Profesor, lo que me alegra de haber terminado la clase es que no tendré que escuchar más sus tonterías y podré descansar de verle esa cara aburridora.

El alumno estaba erguido, con semblante arrogante, en espera de que el maestro reaccionara ofendido y descontrolado.

El profesor miró al alumno por un instante y en forma muy tranquila le preguntó:
Cuando alguien te ofrece algo que no quieres, ¿lo recibes?

El alumno quedó desconcertado por la calidez de la sorpresiva pregunta.
Por supuesto que no - contestó de nuevo en tono despectivo el muchacho.

Bueno, - prosiguió el profesor -, cuando alguien intenta ofenderme o me dice algo desagradable, me está ofreciendo algo, en este caso una emoción de rabia y rencor, que puedo decidir no aceptar.

No entiendo a qué se refiere. - dijo el alumno, confundido.

Muy sencillo, - replicó el profesor -, tú me estás ofreciendo rabia y desprecio y si yo me siento ofendido o me pongo furioso, estaré aceptando tu regalo, y yo, mi amigo, en verdad, prefiero obsequiarme mi propia serenidad.

Muchacho, - concluyó el profesor en tono gentil -, tu rabia pasará, pero no trates de dejarla conmigo, porque no me interesa.
Yo no puedo controlar lo que tú llevas en tu corazón pero de mí depende lo que yo cargo en el mío.

Cada día, en todo momento, tú puedes escoger qué emociones o sentimientos quieres poner en tu corazón y lo que elijas lo tendrás hasta que decidas cambiarlo.
Si te ofrecen envidia, rabia e insultos y decides no aceptarlos, continuarán perteneciendo a quién los llevaba consigo.

Es tan grande la libertad que nos da Dios que hasta tenemos la opción de amargarnos o ser felices.


¿Qué escogiste tú?

Proverbios 12:18
Hay quienes hablan como dando estocadas de espada: Mas la lengua de los sabios es medicina

Eclesiastés 10:12
Las palabras de la boca del sabio son gracia; mas los labios del necio causan su propia ruina.

Proverbios 10:19
En las muchas palabras no falta pecado: Mas el que refrena sus labios es prudente.


Proverbios 12:6
Las palabras de los impíos son para acechar la sangre: Mas la boca de los rectos los librará

Proverbios 22:17
Inclina tu oído, y oye las palabras de los sabios, Y pon tu corazón á mi sabiduría

sábado, 6 de febrero de 2010

LA HUMILDAD


Construyamos nuestro Carácter
Humildad

Quien se niega a reconocer sus errores jamás podrá triunfar; pero si los acepta y los corrige, tendrá una nueva oportunidad

Dado que vivir es aprender basados en el ensayo y en el error, cometemos muchísimas equivocaciones. Sin embargo, El problema no está en las equivocaciones, el problema es vivir equivocado. Principalmente porque no sabemos reconocer nuestros desaciertos, ni mucho menos apartarnos de ellos.

Ser humilde significa asumir la responsabilidad por las acciones incorrectas que emprendemos. Si no somos humildes, no tendremos la oportunidad de crecer como personas.

Cuando nos equivocamos, la única forma de empezar a enmendar nuestro error es admitiéndolo, aceptando nuestra responsabilidad y renunciando a seguir quebrantando la norma. Quien admite su error asume una actitud humilde ante la situación. La oportunidad para corregirnos y cambiar sólo es posible cuando nos sentimos sin cargos de conciencia.

El error más serio que podemos cometer, es saber que estamos equivocados y no hacer nada para cambiar. Al decir la verdad, al admitir el error, lo sacamos al exterior y lo hacemos visible. Únicamente mediante la humildad obtendremos otra oportunidad y estaremos edificando en nosotros y en quienes nos rodean.

La humildad es poderosa porque nos limpia y nos permite mostrarnos como somos, sin necesidad de aparentar o de esconder las fallas. La humildad nos da una gran valía como personas.

En las personas humildes podemos ver la manera correcta de actuar ante los errores: los aceptan, los reconocen y se apartan de las acciones erróneas.

Ingredientes

En las personas humildes podemos ver la manera correcta de actuar ante los errores:

Antes que nada, los aceptan y públicamente se excusan ante otros, sin importar si son equivocaciones pequeñas o grandes.

Los reconocen, admitiendo su equivocación y, sobre todo, su responsabilidad.

Se apartan de ellos, tomando una nuevo camino; muchas completamente opuesto al que llevaban.

Muchas personas creen que la humildad es una especie de inferioridad y subvaloran este atributo del carácter. Quien no es humilde suele defenderse con razones falsas, auto-justificándose en todo lo que hace mal y termina por destruir su carácter y generar la compasión o el desprecio de quienes lo rodean.

Beneficios

En realidad, el no ser humildes es un problema de exceso de ego. Muchas veces, por no saber ser humildes, aceptamos halagos falsos de los amigos, de la familia o de quienes apenas nos conocen. Es posible que también nosotros demos falsas opiniones a los otros para no lastimar su ego. En estas situaciones ¿Dónde está la honestidad? Con esta clase de comportamientos, nunca aprenderemos a ser humildes y es posible que le estemos negando a otros la oportunidad de crecer.

El no ser humildes trae como consecuencia:

Perdemos oportunidades de crecimiento individual, familiar y social, porque no reconocemos las áreas que debemos cambiar.
Perdemos de vista la realidad de quienes somos y tendemos a cometer los mismos errores una y otra vez, sólo que en cada ocasión las consecuencias serán más grandes y más graves.
En la medida en que mentimos para justificarnos terminamos por creer nuestras propias mentiras.
Cuando asumimos posiciones de defensa, creamos las mismas posiciones en las otras personas. Casi sin proponérnoslo aumentamos los conflictos con los demás.

Los principios universales nos invitan a que siempre admitamos los hechos cuando obremos mal.

Pasos a seguir

Para desarrollar la humildad hay que actuar como los humildes:

Admita cuando esté equivocado y expréselo públicamente. Cuando voluntariamente nos rebajamos al aceptar nuestros errores, seremos exaltados por los demás.

Evite la exaltación del ego (sobre todo del suyo). El camino a la humillación es cuando otros descubren nuestras faltas y las sacan a relucir.

Nunca esconda sus equivocaciones ni disculpe con mentiras sus malas acciones. Aunque esto implique consecuencias como la crítica o la perdida de popularidad; en el mediano plazo, la humildad será su garantía de carácter.

Sea humilde y ganará Carácter. Esto, que parece una contradicción, es la medida de la vida interior sana. La humildad requiere mucho valor.

El ser humildes es reconocer que aún estamos aprendiendo, que no lo sabemos todo, que estamos en un proceso de crecimiento y que necesitamos que la vida fluya en nosotros. Si lo sabemos todo, entonces nada fluirá hacia nosotros y estaremos muertos y sepultados bajo nuestro orgullo.

¡Atrevámonos a ser humildes!

La aplicación honesta de los principios, los convierte en hábitos; a su vez, los hábitos correctos le añaden valor al carácter; todo lo que eleva el sentido moral tiende a ser protegido, preservado y empleado para bien.

Reflexione y responda

¿Qué miedos experimenta cuando admite sus errores?
¿Qué experimenta cuando ha sido humilde delante de otros?
¿Qué beneficios recibimos al practicar la humildad?

Nunca vamos por la vida haciendo todas las cosas bien, pero la humildad hará que los
demás nos admiren.

martes, 5 de enero de 2010

CRISIS DE VALORES

Por Jorge Yarce. Presidente ILL
Desde hace bastantes años se habla de la pérdida o crisis de valores. Ésta se ve reflejada en muchos ámbitos de nuestra sociedad y por supuesto, a nivel general en el mundo. Sin duda la deshumanización, la corrupción, la violencia, el egoísmo son reflejos manifiestos de esta falta de valores humanos.

Crisis significa en griego discernimiento, juicio, separación, distinción. Por su misma concepción y por el modo de ser propio del ser humano, los valores nos invitan a discernir sobre los bienes específicos que busca la persona realizar, vivir en la práctica, encarnar en su conducta.

Si miramos detenidamente los principales fenómenos de la vida actual nos encontramos con la crisis moral patente, con que no se hace ese discernimiento cuidadoso de lo que está bien y de lo que está mal en la conducta. Como si no fuera algo que nos correspondiera a cada uno hacer de modo urgente.


Si algo le cuadra bien a la sociedad es decir que padece una crisis de valores éticos (honestidad, lealtad, responsabilidad, veracidad, etc.). Se conculcan valores, se desconocen los valores, hay burla de la conducta recta, el hacer las cosas con rectitud de conciencia no es noticia. Los medios de comunicación amplifican lo negativo, lo violento lo deshonesto y son quienes más desvirtúan la virtud.Un ejemplo claro es la crisis económica global que padece el mundo. Se desplomó la maquinaria financiera montada en torno al afán desmedido de lucro, de ganancia, fruto no del trabajo sino de la especulación, muchas veces de los manejos deshonestos.


En algunas de esas grandes empresas, en las paredes de los Consejos de Administración estaban colgados los Códigos Éticos. Pero esos códigos no sirvieron para nada, o sólo para guardar las apariencias de la existencia de una ética empresarial que resultó que no era ética de ningún modo. Esa ética se quedó sobre el papel, no estaba en la vivencia sincera e interiorizada. De palabra, no con los hechos.


En el fondo de la crisis lo que hay es una falta de valores y una presencia poderosa de antivalores. Al ponerse en primer plano el consumismo, el poder y el placer, cobran fuerza la ambición, la codicia, la soberbia, la prepotencia, la opulencia, la vida superficial, la vanidad, el egoísmo, etc. Y luego vienen las violaciones profundas a la ética: la corrupción, el atropello a los derechos humanos, los atentados a la dignidad de la vida y la des espiritualización de la persona.

*Jorge Yarce, doctor en filosofía, experto en comunicación, periodista, escritor, profesor, rector, universitario, consultor empresarial colombiano / Jorge Yarce - jy@universidad.edu.co El Observatorio de la Universidad Colombiana

Jorge Yarce, doctor en filosofía, experto en comunicación, periodista, escritor, profesor, rector, universitario, consultor empresarial colombiano, visita por tercera vez Nicaragua. Las dos primeras como lo hizo en calidad de periodista en la década del setenta, pero esta vez ha venido para hablar de un tema muy importante que nos interesa a todos: los valores éticos.


Y es que Yarce promociona su decimocuarta publicación titulada Valor para vivir los valores, cómo formar a los hijos con un sólido sentido ético, que pretende ser un manual que sirva de apoyo a los padres en esta difícil tarea.


Yarce, autor de libros sobre temas de filosofía, comunicación y educación, está de gira por diferentes países latinoamericanos para la promoción de su libro. “Después de Nicaragua me dirijo a Costa Rica el lunes y el jueves a Panamá, después me regreso a Colombia y continuaré promocionando en otros países”.


Para este escritor colombiano, los hijos son la riqueza más grande de una familia, pero lo más importante no es proporcionarles las cosas materiales, sino interiorizar en los valores, vivirlo como hábitos y proyectarlos en la convivencia cotidiana. En las 262 páginas de Valor para vivir los valores, cómo formar a los hijos en un sólido sentido ético, su autor pretende por medio de anécdotas y un examen detallado de 24 valores, descubrir cómo practicar los valores cada día, sin imposiciones, de modo que esto se convierta en una fuerza en la vida cotidiana de sus hijos. —


¿Cómo nace la necesidad de escribir un libro con esta temática?
—En principio déjame decirte que soy presidente del Instituto Latinoamericano de Liderazgo, que es una entidad formada hace nueve años por un grupo de consultores universitarios que quisimos hacer un aporte al liderazgo de nuestros países, un buen día descubrimos que en todas las organizaciones como empresas, la familia, el Estado, hablaban de valores. Pero sucede que muchas veces uno entra en esos sitios, y los valores sólo existe en teoría. Fue eso lo que nos motivó a trabajar sobre cómo hacer para que los valores se lleven a la práctica. —


¿Cuál es el proceso de transmisión de valores?

—Si las familias tienen valores influyen en los grupos sociales, si los grupos sociales también los tienen influirán en el Estado. Pero al revés no funciona, porque aunque el Gobierno saque decretos diciendo que seamos leales, la gente no les hace caso, porque no se pueden imponer. Los valores no se imponen por decreto, lo que se puede hacer es invitar a la gente a vivirlos libremente. —


¿Cuál es la diferencia entre principios y valores?

—Los principios son verdades universales absolutas que no dependen de los individuos, como la ley de la gravedad, cómo la libertad, la dignidad, principios que normalmente coinciden con los derechos humanos, ellos dan soporte a los valores. El valor depende de la práctica cotidiana y de cómo lo viva yo. —


¿Cómo incide la práctica de valores en la sociedad?

—Es curioso que en las sociedades latinoamericanas que hay mucha corrupción, se insiste en hacer leyes para perseguir la corrupción, pero no se insiste con la misma fuerza en fomentar las valores a todos los niveles. Si a la gente no se le fomenta que ser honesto es bueno, que ser leales es bueno, que respetar a los demás es bueno, que tolerar a los demás es bueno, seguiremos tirándonos los trastos a la cabeza. —


¿En una escala de valores cuáles son los más importantes?

—La responsabilidad es un valor número uno, tiene que ver con el trabajo, con el servicio, con la caridad. También hay otro valor muy vigente que es el respeto, considerar al otro como persona y tratarlo como tal, no pensar que uno es más porque tengo estudio o dinero. Muchos de los conflictos vienen de ahí porque no se respetan las diferencias. Me atrevería a poner un tercer valor que le concedo una fuerza especial, que es la generosidad, las personas con esas características llegan largo. Es un gran error de los padres de familia de insistirle a los hijos en el tener y no en el ser. Y un cuarto valor muy importante es el amor, un sentimiento que dignifica a las personas.